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Para los que tenemos la suerte de tener hermanos, sabemos que se establece un vinculo único desde pequeños que en la mayoría de los casos se vuelve inquebrantable.

De alguna manera, crecemos aprendiendo, jugando y divirtiéndonos con ellos e incluso discutimos, reñimos y nos enfadamos con ellos pero forma parte de un aprendizaje de vida que hace que ese vinculo sea mas firme.

Es sorprendente como los recuerdos mas divertidos de la infancia, los que te hacen reír e incluso en algún caso llorar, tiene un protagonista coincidente en muchos de ellos, mi hermanito o “Brotherito” como me gusta llamarlo.

Pues para que pueda seguir recordando grandes y divertidos momentos con mi “Brotherito” nos apetece hacer cosas que para nosotros sean un “PRACER”.

Desde muy pequeños nos encanta comer, disfrutamos especialmente con ello. Uno de esos grandes y agradables recuerdos tiene una historia de “atracones”… 

… Con su primer sueldo nos pegamos uno de nuestros homenajes más sonados, y con el que a día de hoy seguimos sorprendiendo a los que nos escuchan. Recuerdo que todos los trabajadores del restaurante, nos trajeron al menos un plato a la mesa, el broche fue la cocinera que salió a comprobar quién se había comido 17 raciones en una mesa de 2!!! En este caso las raciones eran bastante contundentes, pero lo llamativo es que dos zagales de 18 y 22 años respectivamente habían sido capaces de comer 17 raciones!!!

Pues la visita al PRACER con mi Brotherito hoy, es otro de esos días de recuerdo.

Es una costumbre y un autentico PRACER, ya que el nombre se presta para ello y es perfecto para el restaurante hay que usarlo… jajajaja, venir al restaurante de Moncho y Javi y hacer un “Tú vete sacando que ya te avisamos cuando queramos parar”…