León – Enero de 2016
Hoy la fuerza nos acompaña. Madrugamos un poquito para salir con destino a León, nos espera un día lleno de estrategias de X-wing, el juego de batallas basado en STAR WARS.
Teníamos la clara intención de disfrutar de un gran día de ocio y además poder encontrar un rinconcito nuevo para comer.
La primera parte, disfrutar de nuestro hobbie, casi siempre se consigue y en este caso no fue distinto, lo pasamos en grande.
La segunda parte fue la que verdaderamente nos sorprendió. No conocíamos mucho León y a través de buscar recomendaciones en Google, TripAdvisor y algún buscador más, nos habíamos decidido ya por un restaurante. Pero el hermano de nuestro compañero asturiano nos hizo una recomendación de última hora y cambiamos el rumbo. ¡Que gran acierto!
A nuestra llegada pudimos elegir mesa para esta gran aventura, todavía no estaba muy lleno. Nada que ver con 15 minutos más tarde que aquello se puso hasta la bandera.
Y ahora empieza lo bueno. Pedimos varios platos para poder degustar un poquito de todo y empezaron los fuegos artificiales.
Cazuela de morcilla con tosta, ¡PUM!, espectacular, acabe las tostas y seguí con el pan de la cestita del centro de la mesa, que sabor más intenso, que textura para mi paladar, “que alegría, que alboroto….” el resto os lo podéis imaginar, jajaja.
Al mas puro estilo asturiano, Fritos de Pixín, ¡PAM!, en toda la boca, y nunca mejor dicho. Tres salsas combinaban con un rape perfecto, muy jugosito y tan sabroso que podría haberle hecho la ola al cocinero!
Entre medias de mis dos primeros platos, mi compañero croquetero, como no podía ser de otra manera pidió croquetas de la casa, entran directamente a mi TOP 10.
Y ya para acabar, antes del postre, cocochas al pil pil, ¡PIM, PAM, PUM! de traca vamos, un plato que pedí casi por arriesgar, no lo había probado antes con esta receta, y olé que ojo que tengo. Jugosas, sabrosas y muchísimas más cosas, de verdad que lo estoy disfrutando.
Pues para terminar nos cantan el postre, que con el ritmo de euforia gastronómica que llevaba casi le aplaudo al camarero. Pues bien Tarta de baileys o tiramisú, no lo pensamos, uno de cada. No soy de tiramisú, no me gusta el café, tampoco mucho de baileys, pero duraron los postres en la mesa lo que tarda el camarero en apoyar los platos. La tarta de baileys estaba tan buena que pedimos otra.
Señoras/es , si en algún momento tienen la oportunidad de pasar por León, ZULOAGA con mayusculas, ¡de traca!
Ambiente: 9
Personal de Sala: 9
Platos: 9
SENSACIÓN: 9
