Villagarcia (Pontevedra) – Julio 2015
Una Jornada intensa de trabajo me lleva a reservar mesa en el restaurante del Hotel Carril pensando en tener una cena rápida y poder descansar, pero una carta muy atractiva me hace recapacitar de mi idea inicial para, una vez más, disfrutar de lo que no sabría definir si es devoción, adicción o simplemente una forma más de disfrutar una afición.
Para empezar me traen una botellita de CASAL DE ARMÁN, que aunque no suelo beber vino, este se ha convertido en un fijo en mi mesa, por lo que la velada se antoja “PLÁCIDA”.
Para abrir boca una tosta de lacón y queso de tetilla á feira, el queso fundido aderezado con el pimentón estaba sencillamente sublime, el pan tostado hacía que cada bocado fuese crujiente, y el sabor del lacón tan suave que no tengo palabras.
A continuación una brocheta crujiente de pulpo y langostinos con espuma de calabaza, tengo que decir que la brocheta estaba rica, pero no más que otras que he probado, ahora la espuma de calabaza, mmm, ha sido para deleitarse en cada cucharada, porque si, no es correcto decirlo, pero estaba tan suave y tan sabrosa que no me pude resistir la tentación de terminar el plato a cucharadas.
Para acabar con esta experiencia, chipirones con arroz cremoso de verduras y parmesano, mi predilección por el queso creo que no me deja ser objetivo en este plato, el espesor del queso fundiéndose envolvía el sabor del arroz y los chipirones para hacer una combinación de sabores perfecta.
Y como broche final de esta PLÁCIDA velada, un postre sencillo, pero que no nos engañe la definición de sencillo porque la combinación de la copa de sorbete de frambuesa con cremoso de yogur fue la guinda de la noche.
Una experiencia que hace que me lleve un recuerdo tremendamente agradable de mi paso por Villagarcia.
Ambiente: 9
Personal de Sala: 9
Platos: 9
SENSACIÓN: 9




