Coruña – Agosto de 2016.
Hoy recupero un restaurante que he visitado hace ya unos meses y que me hubiese gustado comentar antes. La verdad es que lo recupero porque mi pequeñín ha ido a sus cocinas con un campamento de verano y he recordado que lo tenía pendiente. Además es una coincidencia que en este mismo restaurante estuve con mi mujer y con él.
Decir que vino encantado, igual que cuando se zampo las croquetas de cecina en este mismo restaurante, la verdad es que estaban riquísimas, no es de extrañar que su papá le robe alguna que otra para… probar, jajaja.
Aunque el plato estrella es “Rabo de toro al mencía con manzana”, ¡exquisito!, por ello fue el ganador del “concurso picadillo 2015”, se lo tiene más que merecido. Una carne tierna… que se deshace en el paladar, con un sabor potente… ummm. Unos tomatitos mini que explosionan en la boca con un toque de calor jugoso… y un ligero toque de manzana… ES-PEC-TA-CU-LAR. No me he vuelto loco ni “puntilloso”… jajaja, tanto punto suspensivo puede parecer excesivo, pero aprovecho los puntos suspensivos para recrearme en la definición que previamente he escrito y puedo asegurar que vuelvo a degustar todo ese sabor, esa sensación y esa experiencia de un plato digno de recordar.
Después de disfrutar de una buena “gastronomía literaria”, me he puesto las botas sin comer, eso si… ¡se me ha abierto el apetito! Mencionar de forma superficial que la “ensalada de verduras asadas y salmón ahumado” de mi mujer, que tiene muy buena pinta, no la he ni probado. Después de un plato como el anterior solo la curiosidad de un postre como el “Coulant de ¡PISTACHO! con helado de frambuesa”, podía seducirme a abandonar el sabor tan bueno que me había quedado en el paladar.
Tengo que reconocer que la foto no hace justicia a lo rico del postre, el ansia de sabor que me invadió al dar la primera cucharada hizo que me olvidara por completo de hacer una foto abriendo éste fantástico coulant.
Ambiente: 9
Personal de Sala: 9
Platos: 9
SENSACIÓN: 9



