Coruña – Noviembre de 2015
Una noche que roza la perfección, un ambiente muy agradable y lleno hasta la bandera, una buena cata y un buen maridaje entre vino y gastronomía que en esta ocasión tendría un broche de oro. Pero no adelantemos acontecimientos.
Una vez más y creo que es la primera vez que desde que escribo para “GASTROPATA” repito restaurante, visitamos la Bodeguilla de Feijo. En esta ocasión la cata tiene como anfitrión un botellón de Nocedal de 19L ni más ni menos. Un Botellón que por su tamaño ¡parecía más un obús que una botella de vino! Entre 43 asistentes a la cata no hemos sido capaces de acabar con él y tengo que decir que en esta ocasión mi aportación ha estado por encima de otras veces llegando a repetir hasta en 3 ocasiones. Me ha gustado y mucho este tinto.
Pero además del vino y como siempre, empezaron a danzar (digo danzar porque para mi es como ir a un musical) los maridajes que esta noche acompañan a nuestro anfitrión de 19 kilates.
Hojaldre de setas trufado. Hubo un tiempo en el que un pequeño atracón de champiñones hizo separar las setas de mi dieta, (los que me conocen pueden intuir el volumen de champiñones que han hecho falta para que un servidor se pille un atracón) pero tengo que decir que después de ese paréntesis y sobre todo cuando estamos en temporada, un buen plato de setas es un manjar. En este caso, las setas, hacían las delicias con un hojaldre que les daba la consistencia necesaria para llevarlas a la boca con la mano, ahí todos y cada uno de los sabores de esta receta se fundían para crear una explosión se sensaciones.
Sin casi tiempo a reaccionar al sabroso bocado de setas, nos encontramos un medallón de vacuno al porto con castañas y manzana confitada, que confirma que el chef de esta casa es un mago con las carnes. En su punto, muy sabrosa y tanto la castaña como la manzana elevaban el sabor de la carne a una nota superior.
Por último, bizcocho de frutos rojos y sopa de mandarina, un paseo después de una gran batalla, plácido, fresco y perfecto para rematar una cata en la que hoy todos y cada uno de los platos me ha encandilado.
No siendo poco esto, que tratándose de comer para mí ya sería un éxito, un sorteo final de un par de estuches de vino y un viaje a la la bodega…
¡PAM! ¡el 39! ¡y a que se puede adivinar quien tenía ese número afortunado!
Un viaje a la bodega de Nocedal, la Rioja, una noche en un hotelito de 4 estrellas y como no un gran manjar. Gracias a La Bodeguilla y en este caso a la bodega Fuenmayor de NOCEDAL por este fantástico regalo. Como apunte final tengo que decir que será uno de los vinos tintos que pida a partir de ahora, a mi parecer buenísimo.
Pronto tendremos noticias de este periplo por la Rioja.
Ambiente: 10
Personal de Sala: 9
Platos: 9
SENSACIÓN: 9
